jueves, 7 de noviembre de 2013

Crónica 19ª edición 1ª Maratón de Montaña de Catalunya By Raül

Como objetivo del 3er aniversario de mi nueva vida decidí proponerme un nuevo reto…. Una maratón de montaña.
Como bien sabéis los que me conocéis, el próximo 23 de Noviembre será el 3er aniversario de operación del Bypass  gástrico. La reducción de estómago. Desde aquel día he perdido el 50% del peso que tenía, 75kg. Y gracias a unos buenos amigos me inculcaron la pasión por el Running.
Pues bien. Después de casi dos años y medio “runenando” por calles, ciudades y montañas y con cerca de 4.300 km entre entrenamientos y carreras, incluyendo la maratón de BCN del 2013, decidí correr la Maratón de montaña de Sant Llorenç Savall.
No era mi primera carrera de montaña, ya que he corrido alguna media, 2 veces la Kumunpaca de Sant Sadurní, la MontNegre d’Arenys y diversas de 15 km como la UT Vall d’Aran, la Bosc Carlac o la Pujada a Cadafalch. Cuál de ellas con menor desnivel. Pero si que era mi carrera de mayor distancia en montaña. Una Maratón.
Me hacía especial ilusión correr esta maratón, ya que gran parte del recorrido es por donde suelo salir a entrenar por montes, senderos y caminos. Sant Llorenç del Munt i la Serra de l’Obac. Soy rural, más que de asfalto.
Todo esto empieza, como cualquier otra maratón, entre 10-12 semanas antes, con un plan específico gracias a la ayuda inestimable del Gran Pep. Entrenos por Collserola, el Rio Ripoll, Viladecavalls, La Pastora, Ida y vuelta a Mura. Creo que me conozco casi todos los caminos y senderos de 30 km a la redonda. Además de mis entrenos de Madrugada por Terrassa.
Después de realizar 30km de tirada larga 3 semanas antes con Pep inspeccionando parte del recorrido, el sábado anterior vamos a comprobar con toda la afición los puntos de animación a los cuales podían acudir. Ellos también hicieron su particular maratón. Gracias por esos ánimos.

Me había preparado la carrera dividida en diferentes segmentos atendiendo al desnivel y al tiempo medio que solía hacer en los entrenos y carreras previas de montaña.
La Maratón la había dividido en  6 parciales, coincidiendo con los puntos donde estarían Anna, los niños, mis sobrinos, etc… en fin donde tendría los ánimos de la afición.
La idea era pasar por la Vall d’Horta, Km 7,3 aprox. en 0:49:00, por la Ermita de les Arenes, Km 17 en 2:05:00, por Matadepera, justo al final de la urbanización, Km 22 en 3:02:00. Coronar La Mola, Km 24,5 en 3:30:00. Pasar por el Coll d’Eres, Km 28,5 en 3:58:00 y llegar a Meta en 5:40:45. Esta era la previsión, sin contar con las paradas de los avituallamientos. Nada más lejos de la realidad.
Los días previos había tenido molestias en la ingle y en la rodilla derecha. Me preocupaba lo de la rodilla.
Llega el día de Autos. Cambio de hora. Entre los nervios habituales previos a la carrera y el cambio horario, a las 3:30am estaba con los ojos como platos. No varío el ritual. Ducha, desayuno tipo (tostada con un poco de pavo, zumo, algo de fruta y café)
Salgo de casa y puntualmente recojo a mi hermano a las 5:00am y nos vamos para Sant Llorenç ya que a las 6:00am inician la entrega de dorsales.
Al Llegar a Sant Llorenç, aparcamos estratégicamente y nos dirigimos hacia el pabellón donde recojo el dorsal. El 719. Me gusta. Tomamos  el café previo viendo el final de MotoGp.

 6:45am. Empiezo el calentamiento dirigiéndonos hacia la salida. Mucha gente. Todos saludándose. El ambiente en carreras de montaña, nada tiene que ver con las de asfalto. Parece que se conocen todos. Hasta yo saludo tímidamente a un par de chicos que me suenan de alguna cursa previa.
Entramos en la zona de control, marcando con el xip de la muñeca. Ahora sí que sí. Mi hermano en el otro lado del rio, se coloca para la foto de la salida. La última arenga y con una puntualidad británica a la 7:15 dan el pistoletazo de salida.

Por la hora que es, no hace frío. Debemos estar sobre los 18ºC – 19ºC. La salida es cuesta arriba y estoy en la parte delantera. Me pasan muchos corredores, pues intento salir muy tranquilo y regular desde el principio.
La primera parte vamos por un terreno fácil. Son 3km, planos con algún pequeño desnivel. Voy asentándome en la carrera y después de una fuerte subida llegamos al primer avituallamiento. Me he propuesto, hidratarme bien y parar, aunque sea poquito, en cada uno de ellos. Bebo agua, un trocito de fruta, naranja creo recordar y seguimos.
Pasado el avituallamiento una fuerte pendiente nos lleva hacia la riera. Aquí el camino se aplana y entramos en estrechos senderos cruzando la riera a banda y banda.
Todos los corredores vamos en fila en este punto y a buen ritmo. No me siento nada mal aunque vamos bastante más rápido que mi previsión. Es un tramo muy divertido, para entrar en la Vall d’Horta.


Nada más cruzar el puente de la carretera por debajo, siento a lo lejos unos gritos de ánimo e identifico al Roger, al Miquel y al Nil, aunque todavía quedan unos 200m para que puedan verme, al otro lado del pequeño valle.
Este es el primer punto de referencia con el tiempo previsto. Paso en 0:39:31. Bastante más rápido de lo que pensaba. Esta parte del recorrido no la conocía y era bastante más rápida que lo que interpreté en la altimetría. Sólo había una subida fuerte. La anterior al primer avituallamiento.
Paso por delante de la afición que me da un “subidón” de adrenalina. El mejor avituallamiento posible. Sobretodo Alba, con su Pancarta de ánimo. Genial!!
Pasado este punto, justo cruzando la pista que lleva a la urbanización, encaramos la primera subida fuerte a “4 manos”. Como el desnivel es importante, el paso estrecho y hay que ayudarse con las manos, la aglomeración de corredores, provoca un tapón que nos obliga andar por primera vez. Va bien porque inconscientemente hace que te regules.

Saliendo de aquí, cogemos un recorrido entre pista y senderos, de fuerte subida hasta llegar al Coll del Gavatx, Km 10,5 aproximadamente, donde se encuentra el primer control de tiempo. 1:07:52. Ahora sólo quedaba medio kilómetro de subida. Al coronar el pico, km 11, habíamos acumulado un desnivel +421m y -197m en estos 11km
Seguía parando en todos los avituallamientos, bebiendo agua y comiendo fruta. Tengo molestias en la rodilla, sobre todo en los tramos de bajada, aunque en ese momento no creía que fuera muy importante.
 Encaramos un fuerte descenso de 1km aproximadamente y el terreno empieza a llanear, lo que facilita que puedas correr tranquilamente. Me gusta y cojo un ritmo cómodo.
El recorrido va bajando poco a poco hasta encarar la riera que nos llevará hasta la Ermita de las Arenas. Durante todo el recorrido de la riera, lidero un grupo de 6 ó 7 corredores, que me hacen aumentar el ritmo de zancada, aunque voy muy cómodo y descansado. Les estoy haciendo de liebre, ya que me aparto un par de veces pero no me adelantan.
Llego al siguiente punto importante del recorrido. El Pla de l’Ermita De Les Arenes. Allí tengo de nuevo a la afición que no dejan de animar. Hay corredores que me comentan  la suerte que tengo, pues ya los han visto también en el punto anterior.
Este es otro de los puntos de referencia que tenía. Paso por la Ermita en 1:40:01, más de veinte minutos por debajo de lo previsto. Aunque la previsión era muy teórica, pues no había hecho antes nada igual, creo que el encontrarme tan bien en esta parte fue una de los motivos que me pasaron factura posteriormente.


Nada más pasar la Ermita, giramos a la derecha e iniciamos un leve descenso hasta el próximo avituallamiento. Debo decir que uno de los puntos fuertes de esta carrera son la cantidad de avituallamientos y lo surtidos que son (Agua, bebida isotónica, coca-cola, fruta, frutos secos y membrillo). Aquí aprovecho y tomo otro “chute”. Me tomo otro gel de los que llevaba. A partir de aquí empieza la parte dura de la carrera (o eso es lo que yo pensaba). La subida a La Mola.
Saliendo del punto de control, empieza la temible subida. Encaro un primer tramo de 3 km con un desnivel acumulado de +325m y -5m. Me lo tomo con calma y supero estos 3 kilómetros en poco más de media hora. Vamos por unos increíbles caminos con vistas impresionantes de La Mola y todos sus alrededores. El paraje es idílico para correr por la montaña.
Pasamos por el Coll de Grua, llegando a una pista con un falso llano, que te permite recuperar ritmos y piernas antes de encarar los 2,5 kilómetros finales de subida a La Mola.
Voy con un grupo de 5 ó 6 corredores circulando por senderos en fila de a uno. Llevamos un ritmo vivo, pero cómodo. El recorrido es muy divertido, con giros, ramas, piedras, pequeños saltos,  etc. Voy disfrutando mucho y sin notar sensación de cansancio en ningún momento. La rodilla sigue molestando, pero no demasiado.
Poco antes de un giro de 180º llegando a Matadepera, nos adelantan un grupo de 4 corredores de un mismo equipo. Se les ve bien.
Empieza la subida y minutos después llego a la casa de los depósitos. Otra de las referencias en tiempo que tenía y donde supuestamente iba a estar mi hermano. Llego en 2:30:35. Vamos bien y rápido, pienso.
Esta parte del recorrido la tenía muy presente. La había subido y bajado la semana anterior. Sabía que es una subida exigente y tenía previstos 4 tramos en los cuales los haría andando. En esta parte, entre la gente que pasea (los domingos por la mañana, subir a La Mola es el deporte nacional. Parece el Metro en hora punta) y mortadela que desayuno, voy a buen ritmo de subida sin darme apenas cuenta. Voy pensando dónde estará mi hermano. Sé que dijo que intentaría subir hasta la cima, pero que no lo veía muy factible.
Aunque mantengo los tramos previstos andando, el ritmo de subida es elevado. Se agradece como animan todos los “domingueros” que a esa hora van de excursión. Reconforta y te da fuerzas para seguir subiendo.
Superado el último tramo de escaleras del Camí dels Monjos, justo al girar a la derecha para encarar  los últimos 300mts antes de llegar al santuario, veo a mi hermano.¡¡¡ Ha llegado hasta arriba!!!
Me anima, me hace 4 fotos, y se pone a mi lado a grabarme con el móvil. No me queda más remedio que seguir corriendo.
Juntos coronamos La Mola. Marco en el control de tiempo en 3:02:44. Sorpresa mayúscula al encontrarme a Javi Pérez en la cima. Me comentó que miraría de estar, aunque trabajando toda la noche no lo tenía muy claro. Vino sin dormir a animarme. Muchas gracias. Toca hidratarse y comer algo de fruta.


Llego con molestias en el Isquio, nada que no haya soportado en todas las carreras desde la Maratón de BCN, y la rodilla sigue haciendo de las suyas. No es un dolor fuerte, es más una leve molestia pero continua.
Vuelvo a beber algo de isotónica, como naranja y par de trozos de plátano. Me despido y a empezar el descenso.
Después del leve descanso, empiezo el tramo que quizás haya hecho más desde que entreno por la montaña. La Carena del Pagès, que une La Mola y el Montcau llegando al Coll d’Eres, próximo punto de control y último donde tendré a la afición animándome. Conozco cada uno de los árboles, cada una de las piedras del camino, cada uno de los giros, donde apoyar el pie, por donde dar la zancada para que me penalice lo menos posible…. En fin es mi lugar de entrenamiento.
Iniciamos el descenso unos 10 corredores, 3 de ellos delante mío. Antes de llegar al primer descenso técnico ya me habían dejado pasar. Llegamos al Morall del Drac y después de superar esta primera parte técnica, veo que ya les he sacado unos 100mts.
Voy a un ritmo tranquilo, todavía me queda la mitad de la carrera. Sé que hay 2 rampas fuertes. Sigo a mi ritmo y no me sigue nadie. Voy más lento que de costumbre por esos caminos, pero nunca he llegado con 25km recorrido y con 20 más por recorrer. Sigo disfrutando del descenso y cada vez que paso por algún excursionista, no dejan de gritarte y animarte. Gusta mucho.
Diviso el Montcau. Hago la última bajada y en poco más de media hora llego al Coll d’Eres. Veo al final al Roger y a la Alba que chillan anunciando mi llegada. 3:34:51. Llevo 25 minutos de margen.
Paro a recuperar fuerzas. No paran de hacerme fotos, mi madre gravando y el Nil indicándome el camino. El Miquel emocionadísimo. No pronunciaba palabra. Todos animándome. Que suerte tengo.
Vuelvo a beber y tomar algo más de fruta. Aprovecho para darme un poco de Radio Salil. Empiezo a notar los gemelos algo cargados y por supuesto mí querida rodilla.



Me despido de la afición que tan fervientemente me ha estado animando para encarar los últimos 14 kilómetros hasta la meta. Este tramo lo desconocía por completo y me sorprendió por su belleza pero sobre todo por su dureza. Aquí acabó lo divertido de la carrera.
Empiezo el descenso por la Canal del Llor. Un descenso muy fuerte, pronunciado, pero sobretodo muy técnico. El cual te exigía una fuerza de piernas, que yo ya no tenía en ese momento, aunque no lo sabía. Por desconocimiento del recorrido, y la predisposición de que es bajada, la voy haciendo muy rápida. Es una bajada en la cual debes estar muy atento, para no dejarte un tobillo o comerte una rama.
A mitad de la canal, hay giro de izquierdas y encaras un pequeño sendero que permite correr durante un centenar de metros, pero seguidamente, un giro a la derecha me hace enfilar una trialera de muy fuerte bajada, con grandes saltos. Llegado al fondo del “pozo”, cogemos una pista cerca de Marquet de les Roques, donde se encuentra en próximo punto de control.  Hemos hecho 2 kilómetros de descenso con un acumulado de +0m y -353m. Durísimo.
Antes de llegar a la Masía, atiendo a un chico con rampas. Le ayudo a estirar y pienso que yo estoy peor que él. La bajada me ha dejado con las piernas totalmente vacías. La rodilla me molesta y me duelen mucho los tobillos. En ese momento pienso en que no puedo continuar corriendo y todavía me quedan 12km!!
En el avituallamiento, como fruta, bebo un par de vasos de agua y veo a una chica con 2 botes de Réflex. Me cede uno amablemente y  descargo gran cantidad en mi rodilla y mis tobillos.
Inicio los 12 últimos kilómetros, unos kilómetros realmente duros, con 2 rampas de las que hacen sufrir. Y si normalmente se sufren, ni os cuento después de 30km y las piernas totalmente vacías.
La primera parte es un rompe-piernas, con la primera rampa realmente dura donde debes trepar a “4 manos” parte de la subida. Seguido, hay un sendero increíblemente bello por una carena, con subidas, bajadas, saltos, alguna trialera, y descensos de arena donde lo más sencillo es resbalar y caer rodando ladera abajo.
Pasado un castillo en ruina, llegamos a siguiente avituallamiento. Pensaba que había pasado lo peor, pero para mi desgracia, todavía no habían acabado las sorpresas. Enfilamos una pista y seguidamente un sendero de 1 kilómetro y medio con un desnivel acumulado de +192m y -53m. Según el Garming estamos en el kilómetro 35,5 y no diviso población alguna y eso que estamos a una altura considerable viendo casi todo el valle. No consigo coger una referencia de lo que puede quedar de carrera.
Poco después llegamos al punto de control de tiempo. 4:41:04. Me quedan 7km aproximadamente. Si fueran completamente planos y no tuviera 35km por montaña en las piernas, en menos de 35’ estaba hecho, pero……
Mis compañeros de travesía que llegamos a este punto, no van mucho mejor que yo. Aquí estaba completamente roto de piernas, así que cojo un ritmo de trote cochinero. Esta parte es un recorrido cómodo, algo rompe-piernas, donde en cada pequeña cuesta es un suplicio y debo hacerla andando.
Sorprendentemente, sólo me adelantan 4  ó 5 corredores hasta que consigo llegar al avituallamiento del kilómetro 38,5 con más pena que gloria. Aquí llegamos escalonadamente un grupito de 5 corredores el cual lideraba yo. Increíble pero cierto. Paro un buen rato a descansar. Ellos beben algo rápido y prosiguen la carrera. Yo descanso unos minutos. Las piernas ya no van. Creo que no puedo ni andar. Envío un mensaje a mi hermano, pues con las referencias de tiempos que llevaba, seguro que ya me esperan. Llevo 5h15’ de carrera y me quedan 4km. 4kilómetros de auténtico infierno.
Mentalmente fuerte. De cansancio físico, lo normal después de 38km. Pero sin piernas. Toca tirar de orgullo y cabeza.
Inicio la parte final por una subida medio asfaltada. Voy por pista, caminos y senderos. A la más leve subida, la debo hacer andando. Llego a un cruce con un inmenso depósito donde una persona de la organización me dice que en 500m estoy en el pueblo. Es una larga bajada. Me dejo llevar y parece increíble lo que uno puede correr en ese momento.
Justo antes de cruzar la carretera, veo a mi hermano, que le han hecho salir a mi encuentro. Se pone a mi lado y todavía tengo fuerzas para explicarle mientras corremos hacia el pueblo, lo duro de los últimos 14 kilómetros con sus 2 puertos de montaña incluidos. Ya veo la meta. Y a toda la familia. Veo a los niños. Roger, Miquel, Alba y Nil. También mi cuñada grita.
Anna no sabe si gritar, hacer fotos o correr. Veo la preocupación en su cara. La miro con cariño. Lo siento.
A los que no veo en un principio son a mis padres. Deben estar escondidos por la preocupación. Cojo a los niños y entro feliz y emocionado a meta 5h 57’ 26” después.
 

 
Vuelvo a ser Finisher en una maratón. Y de montaña. Soy feliz haciendo lo que hago y soy feliz porque a las personas que quiero, me apoyan en esto.
Hace tres años no podía cruzar la calle sin ahogarme y parar a descansar. Ahora, 75kg después, he acabado una maratón de montaña en menos de 6 horas.
Gracias.
Un ex obeso mórbido, Runner y Maratoniano.